sábado, 25 de septiembre de 2010

Amor, Miedo y Espejo.

Siento un dolor intenso entre mis pechos, mi respiración es cada vez más débil y me cuesta respirar. Mi corazón quiere salir disparado de mi pecho. Pero… ¡quieto!, ¡quédate ahí! No salgas de tu cálido hogar, no dejes a tu castillo sin llamas, sin el demonio del fuego que le da vida y le permite moverse hacia distintos mundos. Si, distintos mundos: el mundo de mis sueños, el mundo de los códigos, y el mundo real.
Esta noche entre insomnios empecé a pensar: por qué cuando me enamoro pienso que mi amado esta en un pedestal, que no soy suficiente para él, que él es mejor que yo en todo: más guapo, con mejor físico, más inteligente, más simpático, y siento que no me merezco estar con esa persona.
 Un velo bordado con hilo de amor dibuja una imagen de hombre perfecto que cubre mis ojos.
Laura, quítate ese velo de los ojos y mírate al espejo, mira tu cara y mira mas allá del físico, mira en tu interior, créete ya lo que vales, comete al mundo y a todo el que se te cruce en tu camino.

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